AGUSTÍN MILLARES CARLO. Se ha escrito mucho sobre las aportaciones y contribuciones de Millares Carlo a los más sobresalientes apartados de la historia, en especial el conocimiento profundo de los documentos y la necesidad de la creación de instrumentos que permitan el acceso a su consulta y en tal sentido, el estudio profundo de su obra lo demuestra.
Escritor, historiador y paleógrafo español, nació en Las Palmas en 1893. Tras estudiar Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, ocupó las cátedras de Paleografía en la Universidad de Granada en 1922 y se dedicó también de lleno a la investigación con publicaciones que le permitieron su ingreso a la Real Academia de la Historia. En 1923 escribió el Preludio de la introducción a las Obras de Feijóo.
En 1924 viajó a Buenos Aires, Argentina en donde se hizo cargo de la cátedra de Paleografía y Diplomática en la Universidad del Estado de Buenos Aires. Fue nombrado también Director del Instituto de Filología de Buenos Aires y Miembro de la Junta de la Historia y Numismática Americanas.
En los años previos a la Guerra Civil española, tuvo un considerable protagonismo intelectual a través de la publicación de reconocidos manuales de paleografía y de su participación como redactor de la revista Biblioteca, Archivo y Museo académico de Historia. Tras la guerra partió al exilio que transcurrió en México y Venezuela. En México estuvo vinculado a La Casa de España (Colegio de México) e impartió las materias de latín, etimologías y paleografía en la Universidad Nacional Autónoma de México.
De sus obras destacaron: Tratado de paleografía española (1929), Ensayo de una bio-bibliografía de escritores naturales de las Islas Canarias (1932), Repertorio bibliográfico de los archivos mexicanos (1957), Literatura latina (1945), Literatura española hasta fines del siglo XV (1950) y Contribuciones documentales a la historia de Madrid (1971). Su fallecimiento ocurrió el 8 de febrero de 1980 en las islas Canarias.
En su obra se advierte al profundo investigador e instigador de la cultura, de la ciencia, de la técnica y de todo aquello que tenga que ver con el documento, producción y difusión.
AGUSTÍN MILLARES CARLO. Se ha escrito mucho sobre las aportaciones y contribuciones de Millares Carlo a los más sobresalientes apartados de la historia, en especial el conocimiento profundo de los documentos y la necesidad de la creación de instrumentos que permitan el acceso a su consulta y en tal sentido, el estudio profundo de su obra lo demuestra.
Escritor, historiador y paleógrafo español, nació en Las Palmas en 1893. Tras estudiar Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, ocupó las cátedras de Paleografía en la Universidad de Granada en 1922 y se dedicó también de lleno a la investigación con publicaciones que le permitieron su ingreso a la Real Academia de la Historia. En 1923 escribió el Preludio de la introducción a las Obras de Feijóo.
En 1924 viajó a Buenos Aires, Argentina en donde se hizo cargo de la cátedra de Paleografía y Diplomática en la Universidad del Estado de Buenos Aires. Fue nombrado también Director del Instituto de Filología de Buenos Aires y Miembro de la Junta de la Historia y Numismática Americanas.
En los años previos a la Guerra Civil española, tuvo un considerable protagonismo intelectual a través de la publicación de reconocidos manuales de paleografía y de su participación como redactor de la revista Biblioteca, Archivo y Museo académico de Historia. Tras la guerra partió al exilio que transcurrió en México y Venezuela. En México estuvo vinculado a La Casa de España (Colegio de México) e impartió las materias de latín, etimologías y paleografía en la Universidad Nacional Autónoma de México.
De sus obras destacaron: Tratado de paleografía española (1929), Ensayo de una bio-bibliografía de escritores naturales de las Islas Canarias (1932), Repertorio bibliográfico de los archivos mexicanos (1957), Literatura latina (1945), Literatura española hasta fines del siglo XV (1950) y Contribuciones documentales a la historia de Madrid (1971). Su fallecimiento ocurrió el 8 de febrero de 1980 en las islas Canarias.
En su obra se advierte al profundo investigador e instigador de la cultura, de la ciencia, de la técnica y de todo aquello que tenga que ver con el documento, producción y difusión.