ABELA, AS DE LA CARICATURA CUBANA
Diálogo con EDUARDO ABELA VILLAREAL Si Ernesto Lecuona, uno de los compositores populares más notables de América, ha sido nombrado en estos días agregado cultural a la Embajada de Cuba en Washington, hay que apresurarse a decir que con ese mismo rango acaba de de presentarse en México el más célebre caricaturista cubano: don Eduardo Abela.
Hombre de positivos valores, artista que ha viajado por muchos países y que ha sido Cónsul de Cuba en Milán, viene Abela a México en busca de un clima de simpatía para enterarse, en las vivas fuentes de la pintura mexicana, de los más auténticos valores para estudiarlos, comprenderlos, aprovecharlos.
¿Con que es usted el autor de aquellas caricaturas que horadaron tan hábilmente la dictadura de Machado?
-Me sorprende saber que en México he tenido conocedores de mi obra. Hoy no me sería posible continuarla, porque las circunstancias han cambiado extraordinariamente.
Sí, esos dos personajes, ?El bobo y el profesor universitario?, quedan en la historia de América como un terrible documento del periodismo político. ¿Qué se propuso usted al crearlos?
-Nunca me imaginé la resonancia que tendrían. Fuera de Cuba es seguro que muy pocos los entendieron y habría que entrar en explicaciones.
¿Era el bobo algún hombre de campo, el guajiro cubano?
-No propiamente. Tan sólo un bobo. Los bobos no siempre dicen boberías. Alguna vez dicen la verdad sin proponérselo.
¿Quién era el profesor universitario?
-Uno de tantos hombres de la calle. Un hombre que gustaba dialogar con el bobo y que casi siempre decía cosas menos interesantes que éste.
¿Cuál de las caricaturas fue la que más molestó a la dictadura de Machado?
Eran ilusiones muy inocentes.
-La verdad es que los temas los tomaba del aire, de la calle, de eso que anda por ahí, y que, tomando forma de la apariencia de una de las bolas de nieve o de las de hule, caía en muchas manos y cada quien les daba la forma que se le antojaba, las interpretaba de acuerdo con su opinión.
¿Un ejemplo?
-Muy sencillo. Una de las caricaturas presentaba al bobo y al profesor universitario en su invariable diálogo inocente. ?Esta noche va a llover?, por ejemplo, decía el primero. Y ese día, por mera coincidencia, estallaba una bomba y la policía habanera encontraba una pista. Creían que yo estaba enterado de lo que iba a suceder. Y, nada de eso, que era una bobería más.
Debe haberlo molestado mucho la policía?
-Continuamente me llamaban a declarar y me hacían advertencias, pero yo daba explicaciones y aunque no me las aceptaban, aquello seguía?
¿El terrible Arsenio Ortiz?
-Era el más peligroso de los esbirros de Machado. Alguna vez me hizo llegar a su presencia y yo seguía explicando.
¡Con esa técnica era difícil procesarlo!
-No queda más escapatoria que la fábula cuando una tiranía hace imposible la libertad de pensar y de escribir? El bobo hacía una visita al mar y decía al profesor universitario: ?Ya ves, me contento con escuchar los rumores del mar??
¿Estuvo usted en Cuba hasta el fin de la lucha contra Machado?
-Me marché por algún tiempo a Europa y allá recibí una carta de Sergio Carbó en la que me invitaba a colaborar en su periódico, y un buen día le mandé la colaboración. Pero antes explicaré que Machado tenía una amante de apellido Cava Roca, y entonces se me ocurrió dibujar una sencilla viñeta, en la que el bobo aparecía con una piqueta, cavando una roca? Aquello arreció los comentarios?
México le brinda mucho material.
El terrible Abela, cuya apariencia es la de una persona incapaz de matar una mosca, nos dice sus impresiones sobre México.
-Aquí he encontrado mucho material digno de estudio. Me propongo visitar todo lo que me pueda servir en mis investigaciones sobre la pintura mexicana. Es de lo más admirable que tiene este país.
Pero, ¿no piensa usted regresar al periodismo en otra ocasión?
-¡Los tiempos han cambiado mucho! Cuando cayó Machado comprendí que mis caricaturas ya no podrían seguir apareciendo.
¿Por qué?
-Porque sus opositores se dividieron en muchos grupos y las tendencias eran diferentes y me dí cuenta de que el bobo y el profesor no podían continuar su inocente diálogo?
¿Cuáles son sus obligaciones como agregado cultural a la embajada cubana?
-¡Hay tanto que hacer! México tiene mucho material humano, muchas fuentes de arte, de conocimiento, que ahora más que nunca necesitamos aprovechar para mutuo beneficio.
¿Cómo está actualmente el periodismo cubano en lo que a libertad se refiere?
-Basta leer cualquier diario para convencerse de que se escribe lo que se quiere, sin cortapiasa de ningún género. Claro que, con motivo de la guerra, los periodistas se autocensuran. Eso es todo; pero los problemas cubanos se tratan con la mayor amplitud de criterio, con franqueza absoluta.
Publicado en ?Revista de Revistas? el 28 de febrero de 1943.