UN CABALLERO ANDANTE DE LOS LIBROS
Diálogo con JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ PORTO José González Porto es, en estos momentos, el embajador de la España editorial: un conquistador español de aquellos que ponían las realidades de la cultura sobre los sueños que atrapaban el oro de los reales de minas. Vuelve González Porto a México por segunda vez, deseoso de conocer a conciencia la situación editorial española en América. Y renovamos la charla sobre temas de epidermis sensible.
¿Y cómo a la situación?
-Un torrente continuo de libros que abarcan todos los aspectos de la ideología contemporánea, de la ciencia, de la vida, sale de las editoriales españolas. Satisfacen todas las preocupaciones de las gentes, van a todos los rincones del mundo en donde el español está vivo.
¿Y en México?
-Por el poder adquisitivo extraordinario que a últimas fechas ha fortalecido aquí la labor educativa, este país es uno de los que más beneficio recibe de la obra cultural de España. México ofrece perspectivas únicas para la actualidad del editorialismo español. Porque México -laboratorio bullente- es tierra ávida, propicia para el viento y la luz que de afuera llegan a clarificarse aquí. México va a la cabeza de la América que siente las oscilaciones de la cultura española.
González Porto está optimista de encontrar en México que la demanda supera a todo lo que pueda producir la oferta, pues los esfuerzos educacionales han culminado en una superación continua de querer saber, pero un afán que es de todos los sectores sociales y que responde magníficamente al ritmo de la producción librera del extranjero. Las estadísticas podrían dar elocuentes cifras, sobre todo tratándose de España, porque después del cambio brusco de aquella historia, España ha vuelto a América, ha comprendido que su misión en América, su alta misión de darse, de convivir con los pueblos de su sangre no ha terminado todavía. De ahí las íntimas afinidades que nos vinculan, la noble curiosidad espiritual que es sístole y diástole. Y en esa clara corriente, el libro español se hace transparencia de mensaje. No hay para que dar nombres de maestros, de poetas, de artistas, de ideólogos, porque lo esencial es el fluir de la pasión y de la comprensión cordiales. El tiempo ha comenzado a madurar en las espigas esbeltas del humanismo. Volvemos a andar el camino que nos hicieron recorrer los clásicos. Retornamos a las fuentes prístinas de la amistad que la imprenta y las artes gráficas ennoblecieron con puros galardones.
No se puede negar que mucho de la cultura popular americana, mucho de su auge actual, de su valor, de su alteza, se debe a la obra editorial española. Y es que han pasado -me dice González Porto- los tiempos de las lecturas frívolas; es que ya el pueblo lee, se auto educa, selecciona sus autores. La vulgarización científica, las grandes obras literarias difundidas en ediciones económicas y el trabajo asiduo de la Prensa, que incita a la auto educación, han logrado que se cristalice el fenómeno de la cultura popular, de la purificación del gusto por los libros. Y unidas a esa función social, está la tarea constructiva de las editoriales de España que no han escatimado medios para producir lo mejor y ofrecerlo al vasto mundo de lectores que tienen en América. El libro pues, en perfecta función social.
La calidad de las lecturas que ahora se prefieren, el pulso que dan los lectores que consumen los frutos del mercado extranjero, la regulación de la producción y el consumo de libros, son temas que González Porto busca de abordar en nuestra charla. Para él sería muy difícil decir cuáles son los gustos del público de la América Española en materia de libros.
-Si preguntamos a los centros editoriales -me advierte- nos dirán que la obra frívola ya tiene una salida escasa y que la gente por lo general, apetece la obra fundamental de elevación; que las obras de ciencias, lo mismo que las de vulgarización del conocimiento, son cada día más solicitadas y que las ediciones que llenan tales requisitos se agotan con rapidez. Visitando las editoriales de España, podemos darnos cuenta de que el libro es apreciado por su calidad, de que los públicos ya saben seleccionar y, por lo mismo, exigir?
González Porto aprovecha el instante para decirme que las editoriales ponen exquisito cuidado en la presentación de sus obras, así como en las firmas que deben responder por el trabajo intelectual, y llevan a sus prensas toneladas de papel que, metamorfoseadas en libros invaden el mercado hispanoamericano.
-Si recurro a mis propias observaciones, fácil me sería llegar a la conclusión de que el público tiene el tacto adiestrado para escoger, y es el tacto, que hay que respetar, porque es un admirable síntoma, nos dice ya con elocuencia que los pueblos americanos están preparados para enriquecer su cultura, porque lo que leen es bien diferente de lo que antes leían.
Para este caballero andante de los libros que conoce a fondo los problemas solidariamente atados a la realidad y que es uno de los mejor enterados sobre los vaivenes de su alto oficio, el fracaso de algunas casas peninsulares que en cierto momento culminaron en prestigio como proveedoras de ideas y de informaciones, se ha debido a que se retrasaron en el conocimiento de lo que es consubstancial al fenómeno histórico, a la vida que no se queda en un ángulo inmóvil, sino que se va modificando con una velocidad que no pueden percatar los hombres de negocios que no se modernizan, que no se ponen al ritmo de ese fenómeno, de esa realidad.
Otro tema ha sido el de la regulación de la producción y el consumo de libros, porque se ha hablado de "trusts" papeleros, se ha planteado el problema del libro de texto a precio mínimo.
-Entre la producción y el consumo de libros, debía de haber una relación que desgraciadamente no existe. Regular la primera, tomando en cuenta el segundo, no es posible dentro de los actuales cánones económicos. El consumo debe ser acrecentado con una mayor producción, y, como es natural, poner ésta en manos de los lectores por todos los medios que presentan el comercio científico, el anuncio, la propaganda, el vendedor, etc., etc.
Para González Porto sería de desearse que la producción llegara a abaratar el libro para que éste pudiese ir a todas las manos, pero en la práctica se hace imposible llegar al límite del abaratamiento que es preciso para ese objeto, porque el alza de los salarios, en los diversos países, así como el costo de la mano de obra y los derechos de autor, son factores que influyen de modo decisivo en el costo de la producción. De ahí que los gobiernos consideran como un punto de programa el de abaratar el libro escolar y aún de regalarlo como sucede en los Estados Unidos y en Cuba; pero las obras maestras, sean de ciencia o de arte, asumen un precio que debe ser pagado en su justo valor por los lectores que determinan la demanda.
-Para hacer llegar el libro a todos los que leen, que tienen creados intereses de lectura -asevera González Porto- y, para ponerlo al alcance de todos los bolsillos, se han ideado las ventas en abonos dándose toda suerte de facilidades para adquirir y para pagar. Es posible que algún día se llegue a esa regulación entre la producción y el consumo que por hoy vitalizan un problema muy serio; pero hay que tener fe en que, aunque tarde, se ha de dar con la solución.
Grandes proyectos justifican ahora la presencia de González Porto en México, después de aquella primera visita, cuando en 1930 llegó como encargado de negocios de la gran editorial española Montaner y Simón. Su experiencia es un diamante en que se reflejan sueños y realidades. Es uno de los ilustres capitanes de la industria librera, en quien se reúnen el ímpetu de la audacia para organizar y el comedimiento para congregar simpatías, convocar comprensiones. Su vida ha sido una amable parábola que parte de la borda de un barco llegado a Buenos Aires, para continuar su luminoso itinerario hasta la Habana, en donde sintió la tenaz invitación de México. Y está entre nosotros, señoreando la seguridad de seguir siendo un índice señero a todos los que tienen avidez de cultura y que, sin negar los valores primarios de la historia de América reconocen y acatan el magisterio de España.
Me habla de sus proyectos con la intrepidez de quien ha puesto manos a la faena. Una nueva edición de la Enciclopedia Salvat, una gran historia de América, y? ¿por qué no? Está ya resuelto a editar, poniéndolo en tono de actualidad y por lo mismo, haciéndole las rectificaciones que la técnica histórica exige. "México a Través de los Siglos". Para ello está ya asegurada la colaboración de quienes están más autorizados en este país para poder darnos su consejo.
¿A qué enumerar estas espléndidas hazañas que ha realizado Salvat tratándose, por ejemplo, de la "Historia del Arte", de Pijoan; "Don Quijote" con ilustraciones de Urrabieta Virge. "La Enciclopedia Jurídica" y otras que son joyeles de su catálogo? Cuando se ha logrado poner lo mejor de las artes gráficas al servicio de un libro como "La Moda", ya no hay más que pedir. España puede ufanarse de seguir siendo, después de Alemania, el segundo país que en el mundo va a la cabeza de la producción editorial.
-Libros de divulgación que sean espejos en que cada pueblo se mire y se recree; pero libros en que los temas sean tratados por los maestros que cada país tiene en cada disciplina. Tal es uno de los puntos fundamentales de nuestro programa.
Y González Porto termina así durante la charla que, sobre tan nobles asuntos hemos tenido ahora que regresa armado victoriosamente por su experiencia, su mundanidad, su criterio, tres atributos que han sabido conducirlo por las rutas innumerables en que ha puesto a prueba su inteligente hombría, su fina perspicacia.