ALFREDO GÓMEZ DE LA VEGA. Nació en México en 1897, murió en la Ciudad de México en 1958. Como director y actor fue conocido por las películas: ?Santa? realizada en el año de 1943, Adán Eva y el diablo en 1945, y ?Barrio de pasiones? en 1948. Murió el 15 de enero de 1958.
Inició su carrera artística en México como recitador el año de 1911. Para obtener recursos y viajar a Europa, organizó recitales a principios de 1913. Al año siguiente se presentó ante el público en El Ateneo de Madrid, recitando poemas de poetas mexicanos. En ese mismo año ingresó a la carrera diplomática, en Madrid, como tercer secretario y como tal, estuvo en Roma, París y Londres. A fines de 1916 principió su carrera dramática, ingresando en la compañía de Catalina Bárcenas, como galán joven, después continuo en la de Carmen Cobeña y posteriormente en la de Ricardo Baeza, la cual fue formada especialmente para presentar obras maestras del teatro universal.
En 1920, formo su propia compañía, de la cual era el primer actor y director, presentándose en Madrid, con el estreno de Los iluminados, de Joaquín Montaner, La princesa juega, de Marquina; repuso Electra, de Galdós, logrando fama y prestigio como gran actor de habla hispana. Durante seis años, recorrió los principales teatros de España, Islas Canarias, Islas Baleares y el Marruecos español, estrenando obras de Unamuno, Araquistáin y Jacinto Grau. Regresó a México en 1927, realizando una temporada que duró seis meses estrenando obras mexicanas de Jiménez Rueda y María Luisa Ocampo. Regreso a Europa y actuó en los teatros de Madrid y de Lisboa y retornó a México en 1930 para realizar una temporada, en la que puso obras de Andreiev, Sarment, Antonelli, Gantillón, Pagnol y una mexicana de José Joaquín Gamboa. Llevando como primera actriz a la mexicana Gloria Iturbe, revelándose durante esta, Andrea Palma e Isabela Corona.
Dirigió la temporada que inauguró el teatro del Palacio de Bellas Artes, interpretando al lado de María Teresa Montoya, La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón, y otros éxitos del teatro universal. Volvió al teatro Fábregas y realizó otra magnifica temporada con obras consagradas como: Antes de ponerse el sol, de Hauptmann, y estrenando Knock o el Triunfo de la medicina?, de Romains. En su siguiente temporada presentó La muerte de un viajante, de Miller, trabajando como director, actor y traductor.
Uno de sus más grandes triunfos lo logro en 1946, con el estreno de El gesticulador, de Usigli, con el personaje César Rubio, uno de los más vigorosos del teatro nacional. Sus últimas apariciones fueron como actor y director de teatro en 1954.
Alfredo Gómez de la Vega fue dueño de una rica cultura, especialmente en materia teatral; viajó por todo el mundo estudiando teatro y nutriéndose de experiencias, que después aprovechaba en sus temporadas teatrales. En 1938 publicó su magnífico libro El teatro en la URSS, y en el año previo a su muerte impartio conferencias sobre el teatro en China.
La labor de divulgador del actor Gómez de la Vega, legó a la posteridad, un testimonio imparcial y de primera mano sobre la experiencia soviética en el teatro en pleno trance revolucionario, y cuyo texto debería ponerse íntegro a la consideración del público para que el mismo público saque sus propias conclusiones acerca de un concepto de teatro en boga en aquellos años, y una de cuyas raíces estaba precisamente en la URSS, esto es, el Teatro Experimental.
ALFREDO GÓMEZ DE LA VEGA. Nació en México en 1897, murió en la Ciudad de México en 1958. Como director y actor fue conocido por las películas: ?Santa? realizada en el año de 1943, Adán Eva y el diablo en 1945, y ?Barrio de pasiones? en 1948. Murió el 15 de enero de 1958.
Inició su carrera artística en México como recitador el año de 1911. Para obtener recursos y viajar a Europa, organizó recitales a principios de 1913. Al año siguiente se presentó ante el público en El Ateneo de Madrid, recitando poemas de poetas mexicanos. En ese mismo año ingresó a la carrera diplomática, en Madrid, como tercer secretario y como tal, estuvo en Roma, París y Londres. A fines de 1916 principió su carrera dramática, ingresando en la compañía de Catalina Bárcenas, como galán joven, después continuo en la de Carmen Cobeña y posteriormente en la de Ricardo Baeza, la cual fue formada especialmente para presentar obras maestras del teatro universal.
En 1920, formo su propia compañía, de la cual era el primer actor y director, presentándose en Madrid, con el estreno de Los iluminados, de Joaquín Montaner, La princesa juega, de Marquina; repuso Electra, de Galdós, logrando fama y prestigio como gran actor de habla hispana. Durante seis años, recorrió los principales teatros de España, Islas Canarias, Islas Baleares y el Marruecos español, estrenando obras de Unamuno, Araquistáin y Jacinto Grau. Regresó a México en 1927, realizando una temporada que duró seis meses estrenando obras mexicanas de Jiménez Rueda y María Luisa Ocampo. Regreso a Europa y actuó en los teatros de Madrid y de Lisboa y retornó a México en 1930 para realizar una temporada, en la que puso obras de Andreiev, Sarment, Antonelli, Gantillón, Pagnol y una mexicana de José Joaquín Gamboa. Llevando como primera actriz a la mexicana Gloria Iturbe, revelándose durante esta, Andrea Palma e Isabela Corona.
Dirigió la temporada que inauguró el teatro del Palacio de Bellas Artes, interpretando al lado de María Teresa Montoya, La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón, y otros éxitos del teatro universal. Volvió al teatro Fábregas y realizó otra magnifica temporada con obras consagradas como: Antes de ponerse el sol, de Hauptmann, y estrenando Knock o el Triunfo de la medicina?, de Romains. En su siguiente temporada presentó La muerte de un viajante, de Miller, trabajando como director, actor y traductor.
Uno de sus más grandes triunfos lo logro en 1946, con el estreno de El gesticulador, de Usigli, con el personaje César Rubio, uno de los más vigorosos del teatro nacional. Sus últimas apariciones fueron como actor y director de teatro en 1954.
Alfredo Gómez de la Vega fue dueño de una rica cultura, especialmente en materia teatral; viajó por todo el mundo estudiando teatro y nutriéndose de experiencias, que después aprovechaba en sus temporadas teatrales. En 1938 publicó su magnífico libro El teatro en la URSS, y en el año previo a su muerte impartio conferencias sobre el teatro en China.
La labor de divulgador del actor Gómez de la Vega, legó a la posteridad, un testimonio imparcial y de primera mano sobre la experiencia soviética en el teatro en pleno trance revolucionario, y cuyo texto debería ponerse íntegro a la consideración del público para que el mismo público saque sus propias conclusiones acerca de un concepto de teatro en boga en aquellos años, y una de cuyas raíces estaba precisamente en la URSS, esto es, el Teatro Experimental.