ASAMBLEA PRO PAZ Y LIBERTAD, ALBERTINA GÁLVEZ
Diálogo con MARÍA ALBERTINA GÁLVEZ GARCÍALas mujeres mexicanas que se interesan no sólo por los problemas de la mujer sino también por los del hombre, reciben en estos momentos la visita de María Albertina Gálvez, quien trae la convocatoria e invitación para la asamblea que en mayo próximo celebrará en Guatemala la Liga Internacional de Mujeres Pro-Paz y Libertad. Ante todo, viene a conversar con las integrantes de la sección mexicana de dicha Liga, a fin de adelantar unificaciones de pensamiento que permitan que la gran asamblea sea fructuosa y no gaste el tiempo en discusiones bizantinas.
-El Congreso que vamos a celebrar en Guatemala ha sido promovido por la sección de los Estados Unidos, que hace algún tiempo funciona en Washington. Es la primera vez que en Centro América, y especialmente en Guatemala habrá una reunión de esa naturaleza.
¿La mujer tiene conquistados algunos derechos en Guatemala?
-Hasta el momento hemos obtenido el voto para elegir diputados. Envidiamos, naturalmente, algunas de las conquistas que, en México, Cuba, Chile, Venezuela, Perú y en otros en donde se han hecho grandes progresos jurídicos y sociales, la mujer ha podido realizar. Nos damos cuenta, con verdadero interés, de la presencia de algunas mujeres en altos puestos del gobierno de México, y me propongo hablar con ellas preferentemente, no sólo con las que dirigen otras organizaciones.
¿Cuál es el propósito cardinal del congreso que va a celebrarse?
-El programa es amplio, porque el momento que vivimos es de vital importancia para los destinos del mundo. En el movimiento progresista de éste, la mujer está llamada a ocupar un sitio de vanguardia. Nuestras responsabilidades han ido creciendo cada día. Contamos, por fortuna, para la celebración de nuestro congreso, con la adhesión de muchas colegas que están deseosas de ofrecernos sus experiencias, sus consejos, su entusiasmo decidido. Y hemos hecho algunas invitaciones especiales, para que sean nuestras madrinas, a varias de las mujeres de mayor renombre intelectual, que residen en América.
¿Quiénes?
-La argentina Victoria Ocampo la chilena Gabriela Mistral, la española Isabel de Palencia, a quien entrevistaré en esta capital.
-Si la última de ellas toma pme esfuerzoarticipación en ese congreso, se puede adelantar el mejor de los augurios. Victoria Ocampo está pisando todavía ese terreno que no se deja invadir por los intelectuales que pelean por el mundo mejor para el hombre; es decir, que se halla entregada a las especulaciones literarias y filosóficas, sin mezclarlas con la política militante. En cuanto a la Mistral, es de dudarse que abandone su puesto consular en California.
-La mujer guatemalteca tiene gran fe en la asamblea que estamos preparando. De esa asamblea podrán derivarse vibraciones nuevas hacia las mujeres que en Centro América están inmovilizadas frente a las conmociones políticas y sociales del mundo.
María Albertina Gálvez llega a México en un momento muy interesante para la vida cívica de la mujer. Sus conversaciones con la señorita Guadalupe Ramírez, delegada del D. F. en Xochimilco, y con la nueva magistrado del Tribunal Superior, señorita Lavalle Urbina, le permitirán enterarse de lo que están haciendo y esperan hacer, fuera del hogar y de las letras, las mujeres de espíritu revolucionario.
Publicado en ?El Nacional? de México en abril de 1947.