EL MÉXICO ANTIGUO ES UNA DROGA HISTÓRICA
Diálogo con BYRON KHUN DE PROROK Aquí tiene usted-me dijo- una moneda contemporánea de Alejandro el Grande. La encontré en el Desierto Líbico durante las exploraciones que debía llevar a término en Cartago. Fue entonces cuando encontré el palacio de Cleopatra?
Y el conde Byron de Prorok, que parecía regresar de las ciudades sepultadas con ese aire de melancolía de los que han sobrevivido a las catástrofes, prosiguió su relato exaltando la grandeza milenaria de Palenque, de Chichén, de las metrópolis hundidas en la noche profunda. Y parecía tener en el rostro la llama doliente que se escapa de las teogonías embalsamadas en sus sarcófagos de siglos. Más bien parecía estar diciéndome el romance de sus descubrimientos arqueológicos desde el aire.
-México es un paraíso para el explorador, el arqueólogo, el etnógrafo: Egipto, Cartago, Asiria, Roma. Sencillamente, México es maravilloso. Palenque es la ciudad tragada por la selva que más atracciones ofrece en el mundo. Vuelvo fascinado después de esa visita.
La expedición Prorok-Sadlier al sur de México acaba de ofrecer el fruto de ocho meses intrépidos. Desde los rincones lacustres de Michoacán hasta las tierras hoscas en que viven los lacandones han ido restaurando informaciones, recabando noticias, pisándole los talones al hombre primitivo. Una película extraordinaria que va a ser la sensación del día muy pronto, cuando pase ante la pantalla en los salones de conferencias de los Estados Unidos y de Europa, es la mejor documentación de esos trabajos.
Después de mis conferencias sobre lo que hemos visto en estas tierras mágicas, publicaré un libro en francés, en alemán, en inglés, y más tarde en español. ¿Por qué no reunir dinero para restaurar Palenque? Veremos si es posible hacerlo como sucedió cuando las exploraciones francoamericanas que dirigí en África.
Y, poseído de un entusiasmo febril, el conde me habla de sus proyectos, se alucina a sólo pensar que encontrará el apoyo que necesita para levantar del ataúd a la ciudad maya que está destruyéndose a la intemperie y que, a pesar del viento, el sol y la lluvia, mantiene su majestad milenaria, haciendo un signo de desafío al tiempo.
-Lo que no me explico es como se despobló Palenque. Realmente es un enigma. Una ciudad que presenta un área de ruinas tan vasto fue quedando de pronto deshabitada. ¿Acaso una epidemia? ¿Quizá una guerra? Ninguna de las hipótesis que me he planteado me satisface. Y lo mismo sucede tratándose de las otras metrópolis del Imperio Maya. Palenque se hunde entre los árboles que día a día la estrangulan. Hay que salvar a Palenque ¡Que abandono, qué tristeza! Allí tiene México una riqueza incalculable que bien puede explotar. ¿Sabe usted cuantos millones el turismo deja al Egipto? Más de 50 millones al año. Pero hay necesidad de construir una buena carretera y de acabar con algunos enemigos que la Naturaleza hace triunfar en aquel ambiente. Eso sería cuestión para el Instituto Rockefeller. Lo mismo que se hizo en el Egipto. Porque las garrapatas, que son tan crueles nada significan ante el paludismo, la onchosercosis y otras enfermedades.
Luego agregó sonriendo discretamente: -No es para decir las emociones que traigo de ese recorrido. Son verdaderas sacudidas espirituales. Para el hombre de estudio lo que siempre está inédito ejerce una atracción magnética. No importa los peligros. Lo que interesa es ir de emoción en emoción, de sorpresa en sorpresa, rozando la superficie del misterio como una epidermis muy sensible? Nada son la fiera, la garrapata, la víbora, el no tener que cenar, el sol ardiente, cuando el alma goza ante el espectáculo siempre en fiesta.
Para el conde de Prorok la cultura maya realizó una de sus estupendas cristalizaciones arquitectónicas en Palenque, dio allí frutos espléndidos que en el devenir de los días produjo el hombre autóctono en América. Y así me lo aseguró después de las investigaciones que hizo en las cuevas próximas al Lago de Petha, en las selvas chiapanecas.
-¿El hombre autóctono en América?
-Hay huellas claras, terminantes, del hombre primitivo. Esto es muy interesante para el conocimiento de los pueblos que lograron rebasar las posibilidades máximas para cristalizarse en las culturas que hoy nos asombran. Tengo la convicción de que, en presencia de lo que hemos encontrado en las cuevas de Chiapas, los hombres que construyeron Palenque y llegaron a culminar en un arte de tal vigor, disponiendo únicamente de instrumentos de trabajo inferiores a los que el hombre primitivo tuvo en Europa, fueron hombres que hicieron en América una vida autóctona, que fueron evolucionando, que se educaron ante las hostilidades del ambiente, lo dominaron, se posesionaron de él para siempre. Por eso Palenque en ruinas me entristece, porque cada día que pasa sufre más perjuicios. El bosque la invade, atropellándola; y el agua y el Sol, diariamente continúan destruyendo los bajos relieves, borrando los colores que aún vibran sobre las piedras policromadas.
Me hace luego una reseña de sus peripecias en aquella jungla. Me cuenta cómo les fue posible hacer el viaje en avión, lo que indica la facilidad que habrá para darle interés al turista que quiera saber algo más del México antiguo.
-Los indios lacandones -me dice- se asustaron al ver nuestro avión. Parece que era el primero que veían. Lo llamaban, según nos dijeron, el Dragón Aéreo. Debe haberles causado el mismo terror que produce un signo fantástico en el aire, algo enviado por las profecías; la misma impresión que tuvieron los indios cuando vieron a los españoles a caballo.
Le pedí que me hablara de la vida de los lacandones en aquellas latitudes que nos parecen tan distantes de la realidad, de la geografía, como si estuviesen sumergidas en la niebla del sueño.
-Tengo noticias de que serán unos mil los que quedan. Viven una vida miserable. La casa y la pesca verdaderamente primitivas. Usan flechas. Llevan largos los cabellos., Comen la carne en la misma forma que el perro. Pero son hospitalarios; nos recibieron muy bien.
De los tesoros encontrados en esta nueva aventura científica, los del Lago Petha acaso son los más bellos por lo desconocidos. Hallaron también algunas reliquias pétreas que se refieren a tres épocas distintas del hombre primitivo y que servirán para dilucidar problemas que tienen su raíz luminosa en la noche solemne de los días y de las obras. Y el profesor Saustelle, de la Universidad de París, uno de los expedicionarios en la región de Zajala halló algunos utensilios que identificado como pertenecientes a la época tercera de estratificación, así como piedras de la segunda estratificación de la época mousteriana.
La conversación hizo un cambio de frente hacia otros puntos cardinales de la curiosidad: el Templo Máximo de Palenque, los fósiles descubiertos para precisar la edad preleolítica del hombre en este hemisferio. Y el conde continuó reseñando:
-Inolvidables días los que pasamos junto al lago Petha, al cual los indios miran con una reverencia singular, pues hasta se dirigen a él con palabras que parecen silenciosas. Le hablan casi al oído como si quisieran llamarlo. Allí encontramos una piedra preciosamente pintada y labrada, que pudo desafiar con sus colores al tiempo y la intemperie y que tenía un fino simbolismo religioso para los lacandones.
Aguas herméticas, palacios destruidos, numismáticas exhumadas, fueron pasando ante la película sonora. El conde de Prorok me condujo insensiblemente hacia el romance de sus descubrimientos arqueológicos desde la cabina de un avión. Evocó sus días de gloria cuando estaba dirigiendo la expedición franco americana en el Norte de África. Fueron hasta el país en donde se cuajaron las esmeraldas que trastornaron a Cleopatra. Recorrieron aquellas tierras inhóspitas a bordo de camiones que, en cierta ocasión quedaron perdidos durante ocho días en la plenitud seductora del desierto. Y habló así:
-Mis primeras experiencias tratándose de exploraciones arqueológicas desde el aire, se efectuaron en 1922 cuando, llevando por piloto al famoso "as" de guerra francesa Peletier d´Olsy, pude descubrir las ruinas del antiguo Cartago. Ante la Royal Geográphical Society of London di a conocer una película en que aparecen muchas millas de los grandes acantilados marinos, los puertos, las calles y los templos de las ruinas de Cartago debajo del mar. Al año siguiente estuve seis meses buscando una "pérdida Atlántida" en el Mediterráneo del sur. Empleando treinta escafandras y aparatos submarinos para cine, a fin de poder retratar las huellas de una ciudad fenicia sepultada en el agua. Desde entonces he explorado los desiertos de Arabia, Egipto y Sahara, habiendo podido descubrir los perfiles de varias ciudades arcaicas. Me atrevo a decir que soy el primero que ha empleado el aeroplano para hacer descubrimientos arqueológicos, así como también el primero que ha tomado una película de ciudad antigua bajo el mar?
Y cuando así hablaba, el conde de Prorok tenía una súbita iluminación en el rostro, la misma que pude sorprender en la fisonomía numismática de Alejandro en la moneda prócer que, temblorosamente tuve en mis manos en aquella tarde de fiesta. El conde seguía explicándome:
-Es verdaderamente extraordinario cómo se puede ver por los lineamientos de montículos y de muros desde el aire, pues mis recientes viajes aéreos por Yucatán, Campeche, Chiapas y Veracruz, me dicen que México tiene sitios tan ricos como Egipto y Mesopotamia en cuanto a la vasta cantidad de ciudades ahogadas por espesura tropical. En quince minutos volamos desde el Lago Petha hasta el Real. ¡Qué diferencia! En tres días logramos abrirnos brecha a través de los bosques más hostiles para poder llegar al mismo lago?
Nos fue posible descubrir el lugar de la perdida Lacantún. Desde el aire vimos las habitaciones derruidas ya que no se pudo obtener ninguna otra información. También he volado sobre las comarcas de Veracruz y he visto bastos núcleos de ruinas en unos cien kilómetros.
Al Oeste de Tuxpan divisé los perfiles de templos y pirámides sobre los cuales no hay noticias. Verdaderamente que México es un paraíso para las investigaciones y no hay país en el mundo en que la gente sea tan cortés, tan gentil. Estoy seguro de que regresaré muy pronto.
Y hablamos, por último, de su amistad con los dos grandes exploradores Amundsen, y Shakleton, quienes le regalaron muchas reliquias conquistadas en sus aventuras náuticas. Hablamos de sus primeros estudios excavando en el Foro Romano, bajo la dirección del arqueólogo Boni, quien le estimuló para que siguiera investigando. Pero lo más interesante de todo es que el conde de Prorok nació en México: su abuelo vino a este país alucinado por el libro de Humboldt. De allí que, aunque sea ciudadano húngaro, su pasión por México le queme la vida interior y lo haga permanecer atento, tal como el oído del cardiólogo que tiene sensibilidad de poeta, a los problemas recónditos que afloran -voces teñidas por el misterio y la leyenda- a la superficie de las ciudades que se asoman entre ruinas como si fueran novias en la espera.
Publicado en ?Revista de Revistas? en mayo de 1933.