MARIANO BRULL CABALLERO. Escritor, poeta, conferencista y diplomático cubano, considerado como uno de los literatos más destacados de Hispanoamérica dentro de la llamada "poesía pura" y asociado con el movimiento simbolista francés, nació en la provincia de Camagüey, Cuba en febrero de 1891. Sus estudios primarios los cursó en España de donde era oriundo su padre. Siendo adolescente regresó a Cuba, cursó los estudios secundarios y al término de los mismos se inscribió en la Universidad en La Habana en donde obtuvo el doctorado en Derecho a los 22 años.
Durante sus años de adolescente publicó sus primeros poemas y ensayos en revistas cubanas. Como abogado inició sus actividades en un bufete de abogados y entregó poesía a la revista El Fígaro. A partir de 1912 formó parte de la Sociedad Filomática que llevó a cabo diversos proyectos culturales y que se conformó alrededor del destacado escritor dominicano Pedro Henríquez Ureña, quien sabedor del futuro que Brull tenía como poeta lo recomendó con varios editores.
En 1916 publicó su primer libro de poesía La casa del silencio y un año después fue designado secretario en la Delegación de Cuba en Washington. Prestó también servicio diplomático en Perú, Bélgica, España, Francia, Suiza, Italia, Canadá y Uruguay. Durante su estancia en Madrid frecuentó los cafés literarios donde se reunían los mejores poetas españoles, entre ellos, Federico García Lorca, Jorge Guillén y Rafael Alberti. Algunos de sus primeros poemas se publicaron en París traducidos al francés.
La llamada "poesía pura" tuvo en Brull un legítimo representante, mundialmente conocido, luego de que el reconocido intelectual mexicano Alfonso Reyes adoptara su palabra inventada "jitanjáfora" para denominar un tipo de manifestación tropológica propia de la época vanguardista.
Su obra literaria le otorgó una sólida y reconocida reputación literaria en el mundo de habla española y francesa. Destacan: La casa del silencio (1916); Poemas en menguante ( 1928); Canto redondo (1934); dos libros de traducciones: Le cimetiére marin (1930) y La jeune parque (1949) de Paul Valéry. Entre sus publicaciones periódicas: "A unas manos", en Orto (1917); "A una estrella", en Mercurio peruano (1920); "En torno a Racine" en Revista Cubana, 1940. Falleció en La Habana en junio de 1956.
MARIANO BRULL CABALLERO. Escritor, poeta, conferencista y diplomático cubano, considerado como uno de los literatos más destacados de Hispanoamérica dentro de la llamada "poesía pura" y asociado con el movimiento simbolista francés, nació en la provincia de Camagüey, Cuba en febrero de 1891. Sus estudios primarios los cursó en España de donde era oriundo su padre. Siendo adolescente regresó a Cuba, cursó los estudios secundarios y al término de los mismos se inscribió en la Universidad en La Habana en donde obtuvo el doctorado en Derecho a los 22 años.
Durante sus años de adolescente publicó sus primeros poemas y ensayos en revistas cubanas. Como abogado inició sus actividades en un bufete de abogados y entregó poesía a la revista El Fígaro. A partir de 1912 formó parte de la Sociedad Filomática que llevó a cabo diversos proyectos culturales y que se conformó alrededor del destacado escritor dominicano Pedro Henríquez Ureña, quien sabedor del futuro que Brull tenía como poeta lo recomendó con varios editores.
En 1916 publicó su primer libro de poesía La casa del silencio y un año después fue designado secretario en la Delegación de Cuba en Washington. Prestó también servicio diplomático en Perú, Bélgica, España, Francia, Suiza, Italia, Canadá y Uruguay. Durante su estancia en Madrid frecuentó los cafés literarios donde se reunían los mejores poetas españoles, entre ellos, Federico García Lorca, Jorge Guillén y Rafael Alberti. Algunos de sus primeros poemas se publicaron en París traducidos al francés.
La llamada "poesía pura" tuvo en Brull un legítimo representante, mundialmente conocido, luego de que el reconocido intelectual mexicano Alfonso Reyes adoptara su palabra inventada "jitanjáfora" para denominar un tipo de manifestación tropológica propia de la época vanguardista.
Su obra literaria le otorgó una sólida y reconocida reputación literaria en el mundo de habla española y francesa. Destacan: La casa del silencio (1916); Poemas en menguante ( 1928); Canto redondo (1934); dos libros de traducciones: Le cimetiére marin (1930) y La jeune parque (1949) de Paul Valéry. Entre sus publicaciones periódicas: "A unas manos", en Orto (1917); "A una estrella", en Mercurio peruano (1920); "En torno a Racine" en Revista Cubana, 1940. Falleció en La Habana en junio de 1956.