GABRIELA MISTRAL. Escritora chilena, poeta, diplomática, pedagoga y feminista, cuyo verdadero nombre fue Lucila Godoy, nació en Vicuña, Chile en 1889. A los 15 años inició sus estudios como maestra y publicó sus primeros versos en la prensa local. En 1910 obtuvo el título oficial de Profesora de Estado en Santiago de Chile que le permitió ejercer la docencia a nivel secundario.
En 1914 obtuvo el primer premio en el concurso de literatura de los Juegos Florales chilenos por sus Sonetos de la Muerte que formaron parte de su libro Desolación que publicaría el Instituto de las Españas en Nueva York en 1922. En la antología poética Selva Lírica, en colaboración con los literatos chilenos Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya, publicado en 1917, Gabriela Mistral apareció como como una de las grandes poetas chilenas.
En junio de 1922 llegó a México invitada por el ministro de Educación, José Vasconcelos y permaneció en el país dos años trabajando con los intelectuales más destacados del mundo hispanoparlante del momento. En este lapso de tiempo publicó su libro Lectura para mujeres y apareció en España su antología Las mejores poesías.
A partir de 1933 y durante un periodo de veinte años, trabajó como cónsul de su país en ciudades de Europa y América. Su poesía fue traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco y sirvió de modelo para varios escritores latinoamericanos, entre ellos Pablo Neruda y Octavio Paz.
En 1945 recibió el Premio Nobel en reconocimiento a su obra lírica, símbolo de las aspiraciones idealistas del mundo latinoamericano. En 1953 fue nombrada cónsul en Nueva York, cargo que consiguió para estar junto a la escritora norteamericana Doris Dana que se convirtió en receptora, portavoz y albacea oficial de la escritora chilena.
En 1953 fue recibida con honores por el gobierno de Chile y fue honrada con el título de Doctor honoris causa por la Universidad de Chile. De regreso a Estados Unidos, murió en 1957 en Nueva York. Entre sus obras destacaron también: Ternura, Canciones de niños: rondas, canciones de la tierra, estaciones, religiosas, otras canciones de cuna (1924); Nubes blancas: poesías, y La oración de la maestra (1930); Tala (1938); Antología (1941) y Recados, contando a Chile (1957). Entre los doctorados honoris causa que ella recibió, estuvieron los de la Universidad de Guatemala, la Universidad de California y la Universidad de Florencia (Italia).
GABRIELA MISTRAL. Escritora chilena, poeta, diplomática, pedagoga y feminista, cuyo verdadero nombre fue Lucila Godoy, nació en Vicuña, Chile en 1889. A los 15 años inició sus estudios como maestra y publicó sus primeros versos en la prensa local. En 1910 obtuvo el título oficial de Profesora de Estado en Santiago de Chile que le permitió ejercer la docencia a nivel secundario.
En 1914 obtuvo el primer premio en el concurso de literatura de los Juegos Florales chilenos por sus Sonetos de la Muerte que formaron parte de su libro Desolación que publicaría el Instituto de las Españas en Nueva York en 1922. En la antología poética Selva Lírica, en colaboración con los literatos chilenos Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya, publicado en 1917, Gabriela Mistral apareció como como una de las grandes poetas chilenas.
En junio de 1922 llegó a México invitada por el ministro de Educación, José Vasconcelos y permaneció en el país dos años trabajando con los intelectuales más destacados del mundo hispanoparlante del momento. En este lapso de tiempo publicó su libro Lectura para mujeres y apareció en España su antología Las mejores poesías.
A partir de 1933 y durante un periodo de veinte años, trabajó como cónsul de su país en ciudades de Europa y América. Su poesía fue traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco y sirvió de modelo para varios escritores latinoamericanos, entre ellos Pablo Neruda y Octavio Paz.
En 1945 recibió el Premio Nobel en reconocimiento a su obra lírica, símbolo de las aspiraciones idealistas del mundo latinoamericano. En 1953 fue nombrada cónsul en Nueva York, cargo que consiguió para estar junto a la escritora norteamericana Doris Dana que se convirtió en receptora, portavoz y albacea oficial de la escritora chilena.
En 1953 fue recibida con honores por el gobierno de Chile y fue honrada con el título de Doctor honoris causa por la Universidad de Chile. De regreso a Estados Unidos, murió en 1957 en Nueva York. Entre sus obras destacaron también: Ternura, Canciones de niños: rondas, canciones de la tierra, estaciones, religiosas, otras canciones de cuna (1924); Nubes blancas: poesías, y La oración de la maestra (1930); Tala (1938); Antología (1941) y Recados, contando a Chile (1957). Entre los doctorados honoris causa que ella recibió, estuvieron los de la Universidad de Guatemala, la Universidad de California y la Universidad de Florencia (Italia).