SERGEI EISENSTEIN. Nació en Letonia en 1898 y antes de enrolarse en las milicias populares que participaron en la Revolución de Octubre en 1917, ya había estudiado arquitectura y bellas artes, conocimientos que aprovechó posteriormente para dedicarse a la teoría y dirección cinematográfica.
Durante su estadía en el Ejército Rojo entró en contacto con el teatro al trabajar como responsable de la dirección y decoración de pequeños espectáculos para la tropa. En 1920, su experiencia como director de escena del Teatro Obrero, lo impulsó a estudiar dirección teatral en la escuela estatal, donde desarrolló una concepción personal del arte dramático basada en la yuxtaposición de imágenes de fuerte contenido emocional.
A los 25 años abandonó su carrera teatral convencido de que el montaje y la edición cinematográfica no eran un simple método utilizado para enlazar escenas, sino la posibilidad de manipular las emociones de la audiencia. Producto de una larga investigación sobre el tema, desarrolló su propia teoría del montaje. Sus publicaciones sobre dicho tema fueron de gran ayuda para varios directores de cine.
Lo importante de sus trabajos cinematográficos radicaron en la no utilización de actores profesionales, evitaba el individualismo, iban dirigidas a cuestiones más amplias de la sociedad, especialmente conflictos de clase. Sus actores eran generalmente personas sin entrenamiento en el ámbito dramático, tomadas de distintos estratos sociales que se apegaban al papel y acción a representar.
En 1930 viajó a Europa para investigar sobre el sonido, campo que en Rusia no se había desarrollado, meses después se trasladó a Nueva York en donde ofreció varias conferencias en las Universidades de Columbia y Harvard y se estrenó en un cine de Arte y Ensayo su película La línea general. En Hollygood produjo dos guiones cinematográficos para la Paramount Pictures: Sutters?Gold y An American Tragedy.
Entre 1930 y 1932 visitó México para producir la película ¡Que viva México! Y aunque llegó a rodar 60,000 metros de película, sin embargo la producción se paró por falta de patrocinio. De regreso a su patria dirigió Alejandro Nevski en 1938 con música de Serguei Prokófiev. De su proyecto de rodaje Iván el Terrible solo pudo presentar la primera parte. Destacó también como extraordinario teórico con obras como Teoría y técnica cinematográfica, La forma en el cine, Reflexiones de un cineasta y La realización cinematográfica. Víctima de un infarto, falleció a los 50 años de edad en 1948.
SERGEI EISENSTEIN. Nació en Letonia en 1898 y antes de enrolarse en las milicias populares que participaron en la Revolución de Octubre en 1917, ya había estudiado arquitectura y bellas artes, conocimientos que aprovechó posteriormente para dedicarse a la teoría y dirección cinematográfica.
Durante su estadía en el Ejército Rojo entró en contacto con el teatro al trabajar como responsable de la dirección y decoración de pequeños espectáculos para la tropa. En 1920, su experiencia como director de escena del Teatro Obrero, lo impulsó a estudiar dirección teatral en la escuela estatal, donde desarrolló una concepción personal del arte dramático basada en la yuxtaposición de imágenes de fuerte contenido emocional.
A los 25 años abandonó su carrera teatral convencido de que el montaje y la edición cinematográfica no eran un simple método utilizado para enlazar escenas, sino la posibilidad de manipular las emociones de la audiencia. Producto de una larga investigación sobre el tema, desarrolló su propia teoría del montaje. Sus publicaciones sobre dicho tema fueron de gran ayuda para varios directores de cine.
Lo importante de sus trabajos cinematográficos radicaron en la no utilización de actores profesionales, evitaba el individualismo, iban dirigidas a cuestiones más amplias de la sociedad, especialmente conflictos de clase. Sus actores eran generalmente personas sin entrenamiento en el ámbito dramático, tomadas de distintos estratos sociales que se apegaban al papel y acción a representar.
En 1930 viajó a Europa para investigar sobre el sonido, campo que en Rusia no se había desarrollado, meses después se trasladó a Nueva York en donde ofreció varias conferencias en las Universidades de Columbia y Harvard y se estrenó en un cine de Arte y Ensayo su película La línea general. En Hollygood produjo dos guiones cinematográficos para la Paramount Pictures: Sutters?Gold y An American Tragedy.
Entre 1930 y 1932 visitó México para producir la película ¡Que viva México! Y aunque llegó a rodar 60,000 metros de película, sin embargo la producción se paró por falta de patrocinio. De regreso a su patria dirigió Alejandro Nevski en 1938 con música de Serguei Prokófiev. De su proyecto de rodaje Iván el Terrible solo pudo presentar la primera parte. Destacó también como extraordinario teórico con obras como Teoría y técnica cinematográfica, La forma en el cine, Reflexiones de un cineasta y La realización cinematográfica. Víctima de un infarto, falleció a los 50 años de edad en 1948.