El Fondo perteneciente a Rafael Heliodoro Valle, por su contenido, es uno de los más ricos con que cuenta la Biblioteca Nacional de México. Esta colección está formada por libros, revistas, periódicos, folletos, fotografías, más de 40,000 documentos personales y oficiales que el doctor Valle, uno de los humanistas más sobresalientes de Hispanoamérica, recolectara a través de sus 50 años de permanencia en México, su segunda patria. A Hispanoamérica dedicó su magna obra y a la Biblioteca Nacional, su rico acervo.
El quehacer intelectual de Rafael Heliodoro Valle (Honduras, 1891-México, 1958) fue cotidiano desempeñando una extraordinaria labor humanista. Su producción histórica y literaria fue producto de su excepcional labor bibliográfica. El primer contacto que tuvo con la Biblioteca Nacional se inició a los pocos meses de su llegada a nuestro país como joven estudiante que gracias al apoyo y la amistad del poeta Juan de Dios Peza, pudo adentrarse en una naciente labor bibliográfica y periodística, disciplinas que lo distinguieron toda su vida como eminente intelectual y lo convirtieron en uno de los humanistas americanos cuyo amor a los libros y a las publicaciones periódicas lo significaron enormemente, muestra de ello está presente en la biblioteca que logró conformar durante toda su vida, indescriptible acervo de temas americanos.
El periodismo fue en su vida la actividad que más horas le exigió, por ello en este género alcanzó una jerarquía excepcional. A Valle se le consideró como uno de los periodistas que dieron más prestigio y lustre a la profesión en el continente. Por ser uno de los hombres mejor enterados de cuestiones americanas, capitalizó extraordinariamente todas las posibilidades del periodismo para trabajar por el continente americano. Los géneros que frecuentó fueron la crónica, el artículo, la columna y la entrevista.
El ejemplar seleccionado consiste en un álbum forrado con pergamino con 189 páginas, elaborado exprofeso para recopilar versos, pinturas, pensamientos que Valle empezó a reunir en 1945 y acrecentó cuando el gobierno de su país lo nombró Embajador de Honduras en Washington entre los años de 1949 a 1955, al crear el Ateneo Hispanoamericano de Washington con la intención de exaltar los valores literarios e intelectuales de 21 países del hemisferio. Entre las colaboraciones insertas en el ejemplar descrito se encuentran las de Rafael Altamira con algunos refranes españoles; Miguel Álvarez Acosta que le dedica al hondureño unas líneas de su poema “Décimas del Emperador”; Germán Arciniegas presente con unas líneas acerca de “saber escribir”; Miguel Bernal Jiménez cuyo autógrafo consiste en algunos compases de su Sinfonía Poema “México”; Mario Talavera que le regala letra y música de un villancico navideño de su autoría; Wilberto Cantón que le dedica al hondureño un verso denominado “La palabra infiel”; Martín Luis Guzmán quien rememora “lo bello de la literatura de América”; Andrés Henestrosa que declara a Rafael Heliodoro Valle “Juchiteco”; Juana de Ibarbourou quien le dedica “sus últimos versos de amor”; Ernesto Mejía Sánchez presente con una “fábula”; Medardo Vitier que rememora “los matices hispanoamericanos de la obra de Rafael Heliodoro; Tristán Maroff quien en las líneas dedicadas a Valle le dice que varios años de su vida los dedicó a” ilustrar al pueblo dando ejemplo de virtud y se mescló con él sin ser el amo”; y Toño Salazar que le obsequia una de sus caricaturas.
Dra. María de los Ángeles Chapa Bezanilla.